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No entiendo lo que le dijo ese médico a Albertos. Si congelar carne o pescado y comerla después es perfectamente sano, no veo motivo para que sea insano comer semen que haya estado congelado. Y mira que hay temas abiertos en todos sitios sobre esa práctica y nunca nadie ha comentado: no lo hagáis que sienta mal!
Sobre cómo tomar el propio semen cuando te ha dado el bajón, yo lo he intentado.
Una forma es tener realmente la voluntad, que quieras agradar a alguien que quiera verte tragarlo. Yo lo hice una vez así con una chica dominante que conocí por internet, hace más de 15 años. Fue la primera vez que me lo pude tragar voluntariamente sin asco.
La otra forma es inventarte alguna forma de obligarte eficaz. Yo tenía una curiosa: me gustaba autotorturarme de adolescente en casa, cuando estaba solo y con ganas. Tenía una de esas mesas de dibujo cuyo tablero se regulaba su inclinación, al bajarlo había una varilla metálica bajo el mismo que descendía vertical. Con una llave de manivela podías girando ésta un poco dejarla fija (y ya no subía ni bajaba ese "pistón" vertical metálico ni el tablero se levantaba/tumbaba).
Antes de sofisticar la técnica simplemente me gustaba hacerme pis en la boca: me echaba al suelo y doblaba el cuerpo hasta tener el pene por encima de mi boca abierta, e iba soltando chorritos de pis en mi boca que tragaba, al mismo tiempo con mi excitación el pene estaba crecido (rara vez alcanzaba con mi lengua o peor aún, mis labios la puntita de mi propio pene que no es muy grande -13 cms erecto a tope-) y me tocaba aunque sólo imaginarme que estaba sometido por el dueño de ese pene que me orinaba mientras yo tragaba me ponía a mil, hasta que me corría en la boca profusamente ... pero luego me pasaba como a ti y al perder la excitación no podía tragarlo.
Como veía que me faltaba tragarlo empecé a sofisticar el asunto: tenía unos pulpos (elásticos con ganchos) y los empecé a usar para atarme en posición. Al doblarme sobre mí mismo lo hacía junto a mi cama: metía las dos piernas bajo el colchón (previamente había puesto mucho peso sobre el colchón para que hiciera un buen aprisionamiento de mis piernas) También previamente había dejado enganchados los pulpos a cada lado de forma que metía la mano izquierda en uno que al estirarse me estiraba el brazo lejos un fuerte. La mano derecha quedaba enganchada a mi pierna derecha, que llegara fácilmente a mi pene pero fuera más difícil que llegara a otros sitios para enlentecer el proceso de desatado.
Antes de atarme me había puesto una pinza en la nariz y dos bastoncitos de oído dentro de la boca, para mantenerla abierta como los palos en la boca del cocodrilo de los dibujos animados.
Así cuando el semen caía en mi boca, -después de mucho tragar pis- aunque me daba el bajón e igual no lo tragaba o sólo tragaba los primeros chorros, tenía que tener el semen en la boca bastante tiempo: el que tardaba en desatarme. Lamentablemente al final terminaba escupiendo el resto
Por eso contaba lo de la mesa tablero de dibujo, porque fue mi refinamiento final.
La mesa tenía varios fines. Uno era ensartarme el culo, de forma que además de sentirme penetrado por detrás, como si un pene lo hiciera, me ataba todavía más, dilatando el tiempo que tendría que aguantar atado ahí tras el orgasmo. ¿Cómo lo hacía? Primero ataba una zanahoria gordita al pistón de metal que luego bajaría. Le ataba un guante de manos que hiciera la vez de condón que embadurnaba en aceite de oliva. Mi culo también lo lubricaba con aceite de oliva. Subía el tablero lo suficiente para que el "pene" pudiera quedar justo en la entrada de mi culo cuando yo estuviera "en posición" doblado sobre mí mismo.
Ponía muchos libros y peso sobre el tablero para que cuando liberara la llave que bloquea el mismo, éste pudiera descender "automáticamente" por el peso, y al bajar ensartara mi culo.
Y añadía otra novedad: el vaso. Tenía un vaso de refresco de plástico, de esos que llevan tapa y agujero en la tapa para pajita gruesa. Un vaso de bastante capacidad. Y un tubo fino de plástico flexible que encajaba muy bien ahí. Llenaba el vaso de pis, hasta arriba. Y lo ponía junto a la mesa, a mi lado en una silla que quedara más alto que mi cabeza, pero de forma que el extremo del tubo de plástico llegara con comodidad a mi boca.
Preparado todo, me ataba como indiqué antes. Así tenía mi pene empalmado a un par de centímetros o menos de mi boca, el tubo de plástico lo dejaba metido en mi boca, mis piernas atrapadas detrás bajo el colchón de la cama, aplastadas que sin ayuda de una mano era incapaz de sacarlas. Mi mano izquierda fuertemente estirada por el pulpo, quedando hacia el lateral (como abierta en cruz), mi mano derecha con movimientos muy restringido sólo podía alcanzar la palanca de desbloqueo y mi pene, también atada para movimientos más largos, y la puntita del "pene zanahoria" acariciando mi esfínter lubricado. También bloqueaba el movimiento lateral de mi cabeza (pero no recuerdo cómo lo hacía)
Lo único que tenía que hacer era desbloquear la palanca y empezar a masturbarme. De inmediato el peso bajaba el tablero y con éste el pistón que empujaba la zanahoria dentro de mi culo, profundamente (entre 15 y 20 cms entraba). Eso me empalaba e inmovilizaba más.
Sólo tenía que esperar a correrme. Me iba masturbando y si me quedaban ganas de hacer pis hacía (curiosamente al estar empalado me costaba un poco), cuando veía que estaba a punto de correrme, chupaba del tubo del vaso de pis y otro mecanismo automático se activaba:
Por vasos comunicantes el pis que había aspirado, ya no paraba de fluir. El flujo ya no se podía detener hasta que se agotara la última gotita del vaso: es decir me tocaba tragar todo. Al estar atado tampoco podía retirarme el tubo y subirlo por encima del nivel del vaso para frenar el flujo. Sólo podía tragar.
El flujo de pis era abundante como para tenerme tragando pero no tan intenso que vaciara el vaso muy deprisa ... y pronto me venía el orgasmo y me corría abundantemente en mi boca
De pronto las ganas de tragar cosas se me quitaban ... peero ... no podía dejar de hacerlo. Si lo hacía la alfombra que había bajo mi cabeza se mancharía y tendría que explicar cosas a mi madre que no quería explicar. La boca la tenía llena de semen y el pis seguía, implacable, llenando mi boca. Como la boca tiene una capacidad limitada, me tocaba tragar.
Recuerdo esos momentos con el sentimiento de "DEJARME LLEVAR", como vencido (en este caso por mí mismo) de tras una pequeña lucha, llegar la docilidad y tragar sin más, me gustara o no. El recuerdo siempre era excitante y de ahí que eso lo haya hecho en muchas ocasiones en aquella época.
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Cerrado
