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Toda Albertos. En esa ocasión que cuento me tragué toda su orina (y en muchas otras también). Además esa vez fue bastante copiosa. A mitad de orinar paró el chorro que yo iba tragando y se levantó un poco para preguntarme si "estaba buena" yo le contesté la verdad: que no. Ese día precisamente estaba fuerte. Se me sentó de nuevo en la boca y me dijo "pues te aguantas" - y reanudó la meada pero apretando, es decir, haciendo que saliese a toda velocidad el chorro, y logré tragarlo bien sin que se me escapara ni una gota. La postura es muy buena: ella se sentaba sobre mi cara mirando a mis pies, con el culo quedando sobre mi nariz y mi boca abarcando toda la vulva. En esa postura el pis sale disparado casi directo a la garganta, sobre todo al principio, cuando sale menos fuerte.
Las primeras veces que experimentamos con esa idea, probamos con un poco y luego se iba al váter y terminaba en el váter. Luego ya probamos a intentar llegar al final. Recuerdo que alguna veces tenía toda la disposición para tragarlo todo, pero notaba que no iba a poder pero ella quería. Yo la avisaba: no creo que pueda, pero aún así quería empezar. En un par de esas veces hicimos un desastre: es decir no pude tragar a mitad, se tenía que levantar ante mis señales de parada y yo echaba lo que quedaba de su pis en mi boca al WC y ella terminar ahí. Luego limpiar lo que se había salido.
Pero llegué en pocas veces que lo hicimos a acostumbrarme a tragarlo todo supiera como supiera sin hacerle ascos ni arcadas, y creo que hoy podría hacerlo perfectamente con mi mujer si ella se animara y quisiera probar.
Éramos niños realmente. Y porque yo, que era un poco mayor, creo que me llegó a dar reparo de hacer estas cosas (me estaba haciendo adolescente y me parecía fuera de lugar estas intimidades con ella) y acabé frenando ésto, si no igual hasta habríamos probado con caca.
De adulto, conocí a una chica dominante, afincada en una ciudad lejos de la mía, pero que me invitó a su casa. Le había hablado de mis experiencias de niño tragando pis y quería iniciarse conmigo. Y vaya si se inició. Le gustó tanto que lo incorporó como una de las cosas que más le gustan. No llegamos a entablar una relación, aparte de aquel contacto puntual, pero a mí me inició ella en la sodomización y yo la inicié en dar lluvia dorada. Tenía alguna duda de si sería capaz de tomarlo todo con ella, pues hacía años que no había tomado más que mi propio pis y por otra parte no es lo mismo la cantidad de pis siendo niño que siendo adulto y ella era una chica de ventitantos años. No hubo pega: lo tragué todo, en esa misma postura que describo. Me hizo una meada larguísima porque había bebido un montón (la chica se ve que no quería que le supiese el pis muy fuerte y era prácticamente agua, aunque a mí no me habría importado que fuera un pis fuerte) y la tragué toda. En esa ocasión me perdí la parte visual porque me puso una venda en los ojos. Pero recuerdo perfectamente sus primeras gotitas en mi lengua y ese primer chorrito que fue directamente hacia mi garganta (por eso digo que esa postura es genial, parece hecha para eso)
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Cerrado
