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Llevo desde el fin de semana pasado sin masturbarme y calentito calentito. Es una sensación entre excitante y morbosa el no descargarme como hasta ahora.
Esta mañana me desperté como siempre, empalmado. Otras veces me masturbaba hasta descargarme, pero ahora he dedicido que no. Mi mujer se merece que mi atención esté en ella y voy a procurar no disfrutar yo solo. Me voy a reservar para ella.
Como decía, esta mañana estaba como un toro y en vez de masturbarme he comenzado a acariciar suavemente a mi mujer dormida. Pasaba la yema de los dedos por su culillo desnudo, por sus muslos, por su espalda. No quería despertarla, solo que tuviese unas sensaciones placenteras. He estado unos 10 minutos así con mi polla apoyada en su espalda hasta que no he podido más de la excitación y me he levantado y he salido al patio a realizar unas tareas que tenía pendientes, a ver si se me pasaba la excitación y conseguía no pensar en masturbarme.
Cuando he entrado de nuevo a la casa, ella ya estaba despierta y haciendo el desayuno. La he dado un piquito y ella me ha correspondido con una sonrisa.
La verdad es que no sé si se habrá dado cuenta de las caricias, si estaba dormida o simplemente fingia, la cuestión es que la he notado más alegre.
Ojalá mi sacrificio dé sus frutos.
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Cerrado
