Me gusta el fútbol. De joven solíamos quedar los amigos para ir a jugar al fútbol. Nos daba igual dónde ni la hora, y el terreno era lo de menos, incluso nos daba igual el tipo de pelota, jugábamos con cualquier tipo de pelota. O sea, estábamos ansiosos de jugar a lo que nos gustaba: jugar al fútbol.
Teníamos mucha fuerza física y jugábamos a todas las horas que podíamos y nos dejaban, disfrutábamos corriendo y explotando cuando llegábamos a meter un gol. Ese primer gol siempre lo vamos a recordar con alegría y nostalgia. Pero queríamos jugar más y disfrutar jugando y corriendo por la banda, acercarnos al área y entrar a rematar una y otra vez. Y es que no nos cansabamos nunca. Podíamos con todo y queríamos jugar más y más. Las chicas nos animaban mientras nos esforzábamos en superarnos en correr más y más. Queríamos que nos viesen como la estrella del juego. Ellas disfrutaban viéndonos sudar, correr y meter goles. Algunos hasta metían goles de penalti. Nosotros nos pavoneábamos por ser el mejor jugador en el campo, para que ellas nos viesen como sus héroes. En verdad, las chicas disfrutaban viéndonos cómo nos esforzábamos, sin ellas hacer nada más. Su felicidad era vernos alegres, felices y realizados con nuestro juego futbolístico. Pasando los años, el vigor físico va apagándose. Ya no podemos correr la banda tanto como antes, aunque sudemos y sudemos la camiseta. Ya no podemos subir a rematar los balones tanto como antes. Ahora vamos retrasando nuestra posición hasta la defensa, prácticamente sin subir, intentando enmascarar nuestros defectos que, aunque estaban cuando éramos jóvenes, es ahora cuando se hacen más palpables. Aquella chica que un dia se fijó en mi, me sigue viendo como un héroe, pero el terreno de juego ha variado así como el juego a desarrollar. Ella ya sabe muy bien lo que quiere y no solo es animar, ella quiere participar del juego, e incluso en ocasiones llevar la batuta del juego que debe ser desarrollado. O simplemente, a veces, no jugar. Así que, he dejado de jugar al fútbol para comenzar a jugar al futbolín. En el futbolín, ya no se necesita el vigor físico de antaño para participar en el juego, sino que éste es más tranquilo, más cercano, el compañero está más al tanto del otro compañero, los roces son más continuos y disfrutamos con los comentarios que hacemos mientras jugamos. Y utilizamos las manos suavemente en cada movimiento para llevar a cabo un buen juego y lograr pasar un buen momento. En el juego del futbolín no es importante meter un gol, sino pasárselo bien. Los goles pueden ser muchos y continuos, pero lo mejor es disfrutar del juego con el compañero/a. En el futbolín, la cercanía de los jugadores se aprecia mucho más, se puede estar en la defensa y en la delantera y volver a la defensa en pocos segundos. Se pueden girar las manos con suavidad para arrastrar la bola y acercar el juego al compañero. En definitiva, es un juego más pausado en lo físico pero más intenso en la cercanía. Y además mi chica disfruta con el juego cercano y ella puede llevar la batuta únicamente indicándolo con una voz o un gesto o un giro de muñeca. Y yo disfruto (disfrutamos intensamente) cuando utilizo mis manos y mis dedos para agradarla en el juego. No hace falta más. A nuestra edad, es la hora de jugar al futbolín. |
CONTENIDOS ELIMINADOS
El autor ha borrado este mensaje.
|
Creo que es interesante este artículo sobre la andropausia.
Estás andropáusico? ¿Cómo te afecta al sexo? Hombre andropáusico y sexualidad La andropausia es la disminución en la producción de la testosterona masculina y es frecuente en hombres entre los 40 y los 55 años. Se puede definir como una menopausia masculina, pero ¿cómo afecta al sexo? Te lo explicamos y te decimos cuáles son los síntomas de la andropausia. Es posible que te suene el concepto de andropausia sin saber exactamente a qué hace referencia. Pues bien, la andropausia es aquello que define la disminución de la producción de la testosterona masculina, algo que puede considerarse como una menopausia en el hombre. Ya a partir de los 30 años de edad los niveles de testosterona en el hombre empiezan a disminuir y es a partir de los 45 años, aproximadamente, que algunos hombres pueden empezar a notar los primeros síntomas de la andropausia. Llegados a los 50 son muchos los hombres que tienen unos niveles de testosterona bajos. Así pues, la andropausia es un proceso normal del organismo, relacionado con el envejecimiento, y que debe enfocarse como algo natural. Sin embargo, algunos factores influyen en su aparición, lo que puede hacer aparecer la andropausia antes de lo deseado. El estrés, el alcohol, la obesidad o el consumo de ciertos medicamentos pueden influenciar en ello. Es importante comentar que, a diferencia de la menopausia femenina, la andropausia se conoce poco y está infravalorada por la sociedad y también a nivel familiar. Y es que la menopausia en la mujer es un momento muy marcado en su ciclo vital y, en cambio, en el caso de la andropausia, ocurre lo contrario: es un proceso lento y paulatino del que se habla poco. Síntomas para saber si estás andropáusico La andropausia presenta varios síntomas que, aunque no siempre son fáciles de identificar porque no siempre se relacionan con la andropausia, existen y es conveniente tenerlos en cuenta. Los más frecuentes son: -Cambios en la actitud y en el estado de ánimo. -Aumento de la sensación de cansancio y fatiga. -Disminución de la energía a la hora de realizar actividades. -Sensación de irritabilidad sin motivo aparente. -Aumento de peso. -Deterioro óseo. -Sensación de notar calor, especialmente en la zona del rostro. -Problemas circulatorios y exceso de sudoración. -Posibles síntomas asociaciados a la depresión. -Falta de líbido y disminución del deseo sexual. -Mengua de la erección y reducción de fuerza en la eyaculación. ¿Cómo afecta al sexo? Es una evidencia que la caída de los niveles de testosterona relacionados con la andropausia comportan una disminución del deseo sexual. Ello provoca una falta de excitación en el hombre y, por consiguiente, una dificultad a la hora de lograr la erección. Todo ello provoca una disminución de las relaciones sexuales con la pareja y el problema es que de un granito de arena se hace una montaña. El tema es que el hombre ve atacada su masculinidad con la aparición de la andropausia y pasa a verla, no como un estado temporal de su naturaleza, sino como una especie de enfermedad. Expertos en la materia alertan de que la andropausia no es una enfermedad y que es importante que el hombre la contemple como algo temporal que tiene solución. En este sentido, es importante que el hombre deje de lado la presión que siente en relación con su desempeño sexual y que llegue a la convicción de que la andropausia es una nueva fase en su vida que le brinda nuevas oportunidades. Para conseguir una mejora en las relaciones de pareja es importante que el hombre cuente con el apoyo de su pareja, que deberá ser paciente y entender lo que le sucede al tener andropausia. En la cama, la principal recomendación es tener mucha paciencia, dejarse llevar, no obsesionarse si no se consigue la erección y optar por disfrutar de la sexualidad de otras maneras, a través de juegos eróticos y preliminares que no tengan por objetivo la penetración. |
Free forum by Nabble | Edit this page |