Re: Carta de disculpa

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Me ha citado en su casa a las ocho, con lo que aumentó aún más el estado de nervios en el que llevo desde el otro día. Me hizo ponerme de rodillas en el centro del salón y empezó a pasear en círculos a mi alrededor, lo que me puso, literalmente, temblando. Le pedí de nuevo perdón por mi falta, insistiéndole en que no había podido evitarlo puesto que llevaba mucho tiempo sin poder verla o tocarla,  y en que desde luego ni pretendía ofenderla con mis deseos ni mucho menos romper el calendario de castidad que me había fijado. Por supuesto, me dijo que le daba igual, que ni sabía ni le importaba el tiempo que yo llevase sin ver a una mujer desnuda, pero que me había dado una orden y yo lo había estropeado todo. Así que, ya que me había excitado haciendo algo que me gustaba (tocándola mientras le daba un masaje) era justo que ahora me excitase haciendo algo que le gustase a Ella. Me hizo ponerme de pie con las manos detrás de la cabeza, cogió el látigo de tiras y me dijo que mi castigo sería recibir todos los latigazos que hicieran falta hasta que volviera a soltar líquido preseminal.  

Ha sido muy duro, mi Ama pega fuerte, pero finalmente cayeron un par de gruesos hilos preseminales, con lo que mi suplicio paró, bastante rato después. Perdí la cuenta de los latigazos (supongo que Ella también, ya que casi nunca los cuenta y hoy fueron muchos) y me quedé con el cuerpo enrojecido y ardiendo casi por completo, espalda, nalgas, muslos y pecho. Me llevó a su habitación y me tumbó boca abajo en la cama, atando mis pies y mis manos a las patas mientras ella se arreglaba. Cuando estuvo lista, me aflojó la cuerda de una mano por seguridad y me dijo que regresaría en un par de horas, que se iba a cenar por ahí.

Las casi dos horas que permanecí allí atado me sirvieron para darme cuenta de que, tal como dijera en su acertado comentario peqe75, mi problema había estado en creerme lo que no era. En cuanto tuve la oportunidad de verla desnuda y tocarla reaccioné como cualquier otro hombre y me excité y me imaginé cosas totalmente fuera de mi alcance. Pero el hecho es que Ella sólo había dado una orden a su esclavo y  ése era mi sitio, el del sumiso que obedece. La próxima vez, si es que la hay, o en la próxima situación parecida, tendré bien presente qué soy y dónde debo estar y me ahorraré sufrimientos y humillaciones. Y, por supuesto, la serviré mejor.

Para terminar, debo decir que me hizo llevar un pendrive en el que guardo varios vídeos, fotos y películas porno, el que uso habitualmente cuando quiero darme una alegría. Me dijo que ya que me excitaba tan fácilmente, no eran necesarias un montón de cosas, así que eliminó todo lo que tenía penetración, felación o masturbación, escenas con más de una mujer o en los que aparecía una totalmente desnuda. Después de esa revisión, me lo ha devuelto con apenas tres fotografías y seis vídeos, el más largo de los cuales dura dos minutos. Eso es lo que podré utilizar la próxima vez que me deje ver porno o incluso correrme, siempre a partir del 15 de julio.

Y, por supuesto, le he dado las gracias