Re: Permiso para presentarme: Cyses

Posted by Evg on
URL: http://nuevo-foro-control-de-castidad.325.s1.nabble.com/Permiso-para-presentarme-Cyses-tp847p1985.html

Me temo que mi pequeña historia llega hasta aquí, o al menos con mi Señora, puesto que creo que nuestros juegos se han acabado definitivamente. Ella ha retomado su  relación con su ex marido y de momento, aunque me ha dicho que van a ir despacio, quiere centrarse en él y dejarse de aventuras y juegos. Yo no lo sabía, ni tenía por qué, evidentemente, pero al parecer se había visto varias veces con él en estos cinco años (alguno de los fines de semana que se fue y que conté en este Foro estuvo con él)  y tras las vacaciones de Semana Santa, que pasaron juntos, se han dado una nueva oportunidad. Me alegro mucho por Ella, está muy contenta e ilusionada y le deseo lo mejor de todo corazón. Aunque eso suponga que ya no soy su esclavo y que vuelvo a ser libre. "Haz lo que quieras, como si encuentras a otra Ama, si alguna me pregunta le diré maravillas de tí, no te preocupes. He estado encantada contigo y ha sido divertidísimo y fantástico, pero ahora quiero intentarlo con él", me dijo.

Ahora me siento en una especie de limbo. Le pregunté que si podía escribirle de vez en cuando (como esclavo, naturalmente, como amigo que era y sigo siendo es evidente que sí), pero me respondió que, aunque no le iba a molestar, lo más probable es que no me hiciera caso. Sí puedo utilizar esta dirección para entrar en el Foro (es suya, pero apenas la usaba) y contar cuanto quiera de nuestra relación con la discreción habitual, claro. Respecto a su amiga, me ha dicho que si a ella le apetecía igual se ponía en contacto conmigo (cosa improbable, creo, al no estar ya mi Señora por medio), pero yo no tengo su teléfono y tampoco su correo electrónico (lo tuve una vez pero sólo para escribirle un email y luego lo tuve que borrar) así que me imagino que tampoco surja nada de ahí. En cuanto a la chica a la que le presté servicios sexuales, sé dónde está la tienda donde lo hicimos, pero no me veo con ánimo para plantarme ante ella a decirle nada y además debo confesar (ahora puedo hacerlo libremente) que no me atrae físicamente, lo cual es importante para mí en una relación de este tipo. Así que supongo que pertenezco a ese enorme grupo de esclavos o sumisos que no tienen ama. Ni siquiera sé si será pronto para empezar una nueva búsqueda o si debo hacer como Ella y ver la dominación a la que me ha sometido como una etapa morbosa y divertida que ya ha finalizado.

Confieso que me he sentido extraño estos últimos días y que me ha sorprendido lo profundamente que tenía interiorizadas mis costumbres de sumiso. La conversación con mi Señora fue en el pasado mes de abril, pero  durante mucho tiempo mantuve mi comportamiento habitual: seguí haciendo las tareas de la casa desnudo y con las ventanas abiertas, por ejemplo; me desnudaba y me ponía el cinturón de castidad al llegar a casa; me cruzaba con una mujer por la calle y bajaba la vista e incluso llegué a cambiar de canal en la televisión al ver una escena de sexo en una película. Me he masturbado una vez desde entonces pero, recordando sus instrucciones habituales, lo hice a la carrera para correrme en menos de un minuto. Han sido muchos años, aunque no de forma continua, y muchas experiencias (me ha azotado, humillado infinidad de veces y formas, me ha usado de siervo y de juguete, me ha prohibido tener relaciones sexuales, me ha exhibido... en fin, de todo!) como para olvidarlas así de un día para otro, pero ambos sabíamos que esto era un juego y, aunque duela acabarlo y yo probablemente estaba ya más metido que Ella, nunca había sido otra cosa.

Luego, poco a poco, fui dejando algunas de esas costumbres atrás. Me resultó extraño, eso sí, pero un día borré los restos de sus iniciales de mi muslo mientras me duchaba y me puse un calzoncillo. Miré descaradamente a una mujer que iba por delante de mí en la calle y hasta fantaseé con ella... en fin. Hace un par de semanas que vivo, como y duermo como lo que Ella llamaba "un hombre normal"; el hecho de que en los últimos tiempos me llamase menos que otras veces creo que ha ayudado. Aunque, eso sí, aún tengo el cinturón de castidad, la vara, los consoladores y todo lo demás, hasta la minifalda que me hizo comprar. Otra cosa será que los use... o cuándo volveré a hacerlo.

Gracias por todo, mi Señora, y buena suerte