Yo no diría que la habéis liado... Tanto tiempo, sin tener un cinturón de castidad ni nadie que os controle de un modo firme, me parece una gran muestra de voluntad. Estoy seguro de que enseguida estaréis otra vez concentrado y dando ejemplo. Ánimo
Bienvenido, Peqe, y mucho ánimo con tu nuevo estatus de casto indefinido.
A lo largo de todo este tiempo yo he aprendido que la castidad nos ayuda mucho en nuestra relación de pareja, al facilitar que nos enfoquemos cada uno en nuestra Dueña y sin desviarnos. Claro, yo lo tengo mucho mas sencillo, por razones que ya conoces, pero eso le añade valor a tu compromiso y estoy seguro que a tu Dueña la encanta.
Ya nos irás contando.
Un abrazo
Esos momentos en los que Ellas marcan el rumbo sin dudar son deliciosos, y más aún el darla placer sin quitarte tu nada y permanecer con el pijama.
A mi me parece que a Ella le gusta que tu permanezcas casto porque es sin duda una forma rotunda de entrega y sumisión.
Me alegro mucho, Peqe.
En cualquier caso, Su actitud ya te condiciona porque tu enfoque es Ella. Según estoy yo
Comprendiendo cada día, la sumisión y la castidad no es una meta. Es un camino, que se recorre de diferentes maneras según cada persona. Así que aunque tú Dueña no sea lo explicita que a ti te gustaría, no te corresponde a ti juzgarlo si no únicamente servirla de aquella manera que a Ella le produzca más satisfacción.
No debes ser egocéntrico. Se trata de Ella, no sé ti.
Muchos saludos,
interesantes vuestros mensajes y opiniones!
Estoy de acuerdo que la sumisión y la castidad es un camino que se recorre de diferentes maneras, cada persona y cada pareja puede/debe experimentarla diferente pero siempre disfrutarlo y sentirse a gusto!
Lo principal es la obediencia y el servir a otr@ en los límites o pautas que se hayan establecido.
En mi opinión, cuando una persona decide dedicarse a otra debe hacerlo de manera gradual, estando seguro de lo que quiere, pero el fin último es borrarse y dedicarse al cien por cien y sin límites. Entregarse y obedecer, servir y dejar la voluntad de uno descansando en el otro, en todos los aspectos de la vida. Si nos despojamos de todo y nos entregamos a un tercero, si nos convertimos en una propiedad de nuestros Dueños, alcanzamos un estado de liberación muy superior a la tan mencionada libertad.